Una visión comprometida
Eduardo Garreaud - Femineum Corpores II / Julio, 1987
En la obra de Alejandra está presente lo que define la creación del artista contemporáneo; el poder ser capaz de revisar su propia historia, su memoria y la historia de los otros, la memoria humana. Su obra es gráfica o parte de ella. Grabado serigráfico y revelado fotográfico en soporte emulsionado. Son registros mecánicos. Los utiliza como un medio certero para grabar – fijar el recuerdo. La intimidad – recuerdo se percibe, cuando se va definiendo la necesidad de crear un entorno afectivo. La fotografía, documento propio, Alejandra lo fragmenta, lo aísla. Al rincón perdido, muerto de la composición. Queda aislado. Es el inicio. Desde ese vértice desarrolla la estructura que afecta al espacio emocional. Interviene en el espacio plástico. Obra que rescata el momento – recuerdo vago, pero preciso de lo vivido. Es su referente – su biografía. Alejandra dirige su mirada hacia su intimidad. Elige el recurso técnico fotográfico, exacto para desarrollar un lenguaje subjetivo, íntimo. Los recuerdos vagos,la memoria estéril, permite que sólo nos anuncien en forma parcial, fragmentados, inconexos. Recuerdos en que se entrelazan, realidad, sueños, fantasías. Materia vivencial, anárquico que desde sus inicios es alterado constantemente. Sólo percibe retazos de ellos. Alejandra decide certeramente utilizar este medio para definir el contorno de lo que por su naturaleza aparece indefinido, insinuado. Ella reconoce la distancia y la duración de ese instante. Frágil. Efímero. Necesita retener la visión fugaz e incierta. Complejo es el proceso en que el artista selecciona, organiza, da forma a este material sensible. Esta es una serie del recuerdo re-vivido. Obra reflexiva, que traduce y comunica. Adquiere definición plástica. Puedo ver y pensar la historia. Los gráficos están frente a mi. Es la serie de la mirada interior, inquisidora. La memoria del hombre La historia de los otros. La mirada de Alejandra reconoce la “otra” realidad con una particular visión de su entorno. Es una obra con un plan de trabajo plástico distinto que el anterior. Están unidas por la secuencia de la mirada, hacia su intimidad, desde ella, a nosotros, a los otros. El lenguaje sensible es común en ambas series, desde la observación que explora y se sorprende de lo encontrado. La presencia del hombre es buscada. Elige el formato mayor, telas de gran tamaño. Es un trabajo progresivo, de proceso vulnerable al cambio . Utiliza el gesto, provoca la mancha que escurre por la superficie, que gana su espacio. Gesto expresivo, con resultado incierto. Modifica su estructura imperceptible, otro gesto, otra mancha de valor distinto, que se sobre-pone a la anterior. Espacio que se altera. Alejandra activa, domina la materia, control para asegurar la morfología emergente, la forma humana. Tensa la composición. El hombre aparece insinuante, solamente vemos parte de él. Este fragmento es definido por estructuras que lo rodean, que los acosan. Son simples líneas, otras, superficies demarcadas, rígidas. Son guías visuales que nos llevan a la forma orgánica, manchada y con una graficación libre, de líneas expresivas. Es una obra de gran contenido dramático, que nos afecta emocionalmente. Alejandra dosifica y controla esta entrega. Logra darle un término a la obra de creación. El aspecto técnico y la temática se someten en armonía a la realización plástica plena. |