Reflexiones sobre la obra
“No es lo mismo mirar que ver. Mirar es volver los ojos hacia fuera para que la luz nos traiga formas y colores; ver es aceptar esta percepción y acomodarla en el interior, mezclarla con lo que somos, lo que pensamos y recordamos, lo que estamos sintiendo en este momento. Tal como eres, solo así podrás ver. Cuanto más seas más verás”. |
Manuel Antonio Aguirre O. / Marzo, 2006
El sentimiento trascendental, que emerge de todo gran Arte, es un sentido solemne de la omnipotente presencia de lo que Es, Fue y Será, en su conciencia soñadora y atemporal, esta es la gran invitación que ofrece con su obra Alejandra Raffo, enfrentándonos a la observación profunda y repetida del órgano sensor ocular, mediante el cual nos vinculamos a la realidad circundante y nuestro interior. La persistencia en nosotros de esa prístina condición de que salimos, cuando la vida era sueño profundo, profundo como la muerte, en donde aún no existía el tiempo. Esa parte vivencial del alma, que discretamente pero categórica da por cierto que la Vida vale la pena vivirla, que es el solemne sentido del Ser Atemporal, este sentimiento lo conocemos como trascendental, que no sería correcto pensarlo como un efecto, sino por el contrario la condición de nuestra inmersión en esa corriente del empeño que constituye la experiencia. En estos marcos de referencia nuestra artista viene en regreso, se volcó hacia su interior, virando completamente la mirada y complementándola con serenidad, indagación, concentración y magnanimidad, partes esenciales de la introspección. Representando así un nuevo espíritu en la plástica contemporánea. Leonardo en esta introducción, nos propone pensar sobre el sentido de estos dos verbos: ver y mirar, que asumimos como sinónimos. Esta noción es a menudo muy desatendida en su diferenciación, siendo un eje sustancial en el sistema de nuestros pensamientos, diferencia que no podemos dejar pasar ya que con estos verbos concebimos la imagen de nuestros universos. En nuestra óptica el ver se nos presenta como algo evidente, por lo tanto vago, en cambio el mirar es eminentemente dinámico y actuante, ligado a ideas, donde operan nuestras transformaciones. Es decir miramos y aprendemos, es un ejercicio que puede auto superarse en sí mismo, nos ofrece la posibilidad de un acceso cada vez más exigente y totalizador con el universo. Esto es esencial en la conformación del pensamiento; esta noción de saber mirar nunca ha sido sistematizada en lo que concierne a su aplicación en el campo de la plástica, ya que lo confundimos habitualmente con las percepciones. Se refiere a la capacidad orgánica que poseemos los seres humanos al repasar nuestra mirada , luego registrarla, ese es el gran aporte de la artista Alejandra Raffo, al generar su propio lenguaje, revelarnos las cosas con una enorme capacidad de comunicar y expresar sus descubrimientos, con un determinismo hereditario, como aquel sabio con los ojos cerrados que en el anhelo de la inmortalidad, vio al yo que hay detrás. Una de las teorías, más interesantes de la Historia del Arte, sugiere que la inferioridad del Arte del Neolítico al del Paleolítico, se debió al nacimiento y desarrollo del leguaje, que trajo como consecuencia inmediata la tentación de apagar la vivaz sensibilidad para las expresiones individuales y sustituirla por la práctica del pensamiento abstracto, el caso que hizo posible la poesía. Esta será la principal vertiente de inspiración en nuestra artista, según ella misma da cuenta en esta declaración: “En la literatura, se hace referencia en forma recurrente al ojo. En la poesía, el ojo es un todo y el poeta le adjudica a ese ojo los sentimientos que embargan a su juicio, al sujeto de su inspiración. Asimismo, la mirada en la poética se refiere a imágenes que el poeta traspasa al lector, quien a su vez crea su propia imagen. Tenemos entonces instancias vinculadas entre sí, que se encuentran mediatizadas por el lenguaje de la palabra. Quien escribe, describe una imagen; quien la lee, visualiza otra idea de esa imagen, porque ambos se refieren a conceptos ya pre- visualizados, que son recreados en forma individual y subjetiva por cada uno de nosotros. Existe un concepto previo antes de la experimentación con ese texto que nos es presentado, por lo tanto, cada idea de una imagen, tendría innumerables interpretaciones, y múltiples asociaciones emotivas individuales”. Es admirable la expresión de cada imagen, la manera con que la artista ha sabido reflejar en estos grandes primeros planos el trágico momento en que la escena se congela y se traduce en delicadeza, con la intensidad de color que la artista ha desplegado en el conjunto Multimedial. Manuel Antonio Aguirre Ossa |